Quiero aclarar que yo no soy nutricionista ni tengo ninguna titulación relacionada con la nutrición. Mis conocimientos sobre el tema simplemente son los de un aficionado al deporte y a la nutrción deportiva. Todos los artículos publicados en este blog están sacados de otras webs y se pueden encontrar en internet. Siempre intento poner el autor del artículo y la bibliografía.
jueves, 11 de agosto de 2011
INTRODUCCIÓN A LAS PROTEINAS
Las proteínas son, estructuralmente, un poco más complejas que los hidratos de carbono, químicamente se caracterizan por ser compuestos nitrogenados, es decir, aparte del carbono, hidrógeno y oxígeno (de los que se componían los HC), contienen nitrógeno. Desempeñan múltiples funciones en nuestro cuerpo, todas ellas de vital importancia, como formar parte de la estructura de los músculos, huesos o tendones, funcionan como catalizadores de numerosas reacciones químicas, transportan numerosas sustancias como hormonas o fármacos, participan en los sistemas de defensa y también pueden ser utilizados como fuente de energía, aunque este proceso es energéticamente poco rentable para el organismo y genera productos tóxicos que deben ser procesados y eliminados por el hígado y riñones.
Las proteínas están formadas por un total de 20 aminoácidos diferentes, que son sus unidades estructurales básicas. Hablamos de péptidos cuando el número de aminoácidos unidos es menor de 100, y de proteínas cuando la molécula tiene más de 100. Estos veinte aminoácidos se pueden clasificar atendiendo a diferentes criterios: según su estructura en ramificados o no ramificados, según su composición en azufrados o no azufrados, etc., pero aquí nos interesa su clasificación atendiendo al punto de vista nutricional. Así los clasificaríamos en aminoácidos esenciales y no esenciales. Los no esenciales son aquellos aminoácidos que no necesariamente deben ser obtenidos a través de la dieta, ya que el cuerpo los puede sintetizar (formar) a partir de otros aminoácidos u otros compuestos, y son 12. Los aminoácidos esenciales son aquellos que necesariamente deben ser obtenidos a través de la dieta, ya que el organismo no dispone de las herramientas bioquímicas necesarias para fabricarlos y son 8. Este último concepto es de vital importancia a la hora de seleccionar las proteínas que ingerimos, ya que la calidad de éstas (las proteínas) se mide en función de los aminoácidos esenciales que contiene. Las proteínas de origen animal (carne, pesado, leche y derivados) son de mejor calidad que las de los cereales y otros vegetales.
La digestión de las proteínas comienza en el estómago y continúa en el intestino donde diversas enzimas procedentes de los jugos del estómago, páncreas e intestino, las rompen en unidades muy pequeñas que son absorbidas y transportadas hasta el hígado. Para que se aprovechen y digieran bien las proteínas es muy importante masticarlas mucho, ya que cuanto más trituradas estén, más fácil les será a las distintas enzimas romperlas, y también es importante el cocinado, ya que las altas temperaturas o la trituración (en purés) facilitan los procesos digestivos.
No todos los aminoácidos que contienen los alimentos son aprovechados por las células del organismo, sólo lo hacen aquellos que en ese momento se necesitan. El resto puede ser utilizado como fuente de energía cuando el aporte de hidratos de carbono o grasas no es suficiente, o puede transformarse en grasa cuando el total de calorías ingeridas es superior al gasto.
Las principales fuentes de proteínas son las carnes, pescados, leche y sus derivados y huevos, las legumbres y frutos secos también tienen un contenido en proteínas bastante alto y de considerable calidad. Otros alimentos como cereales y resto de vegetales también contienen proteínas, pero en menos proporción y de menor calidad. En nuestro medio, donde se toma habitualmente una alimentación variada con productos animales, legumbres y cereales, está asegurada la proteína de gran calidad media. Las legumbres son escasas en un tipo de aminoácido esencial (metionina) mientras que los cereales y derivados (arroz, pasta, pan) lo son en otro aminoácido, llamado lisina, lo que hace que su calidad no sea óptima, así que es importante saber que cuando mezclamos cereales y legumbres en una misma comida (lentejas con arroz, sopa de cocido con garbanzos y pasta) complementamos los aminoácidos de unos con los de otros y obtenemos una proteína de alta calidad. También hay que resaltar que los alimentos cuyas proteínas se complementan deben ingerirse en la misma comida, para que sus aminoácidos entren en el cuerpo al mismo tiempo y se puedan formar las proteínas necesarias, cosa que no ocurriría si se ingieren en momentos distintos. Por ello es conveniente que en una misma comida haya diversos grupos de alimentos, y si tomamos arroz o pasta, incluir siempre una pequeña porción de alimento proteico, como leche (en forma de bechamel, por ejemplo) o queso o postre lácteo.
Se recomienda que el consumo de proteínas sea de un 10 a un 15% de la energía total de la dieta, con un mínimo de 0,8 gr. de proteína por kilo de peso, aunque en nuestra sociedad es frecuente que dicho consumo alcance hasta un 30%. Esto podría suponer un sobreesfuerzo para el hígado y riñones, que deben eliminar el nitrógeno procedente de la degradación de las proteínas en forma de urea. No hay que olvidar que si en la dieta no se aportan suficientes hidratos de carbono y grasas que garanticen el aporte energético, habrá que aumentar la cantidad de proteínas ingeridas, ya que serán utilizadas como fuente de energía, como por ejemplo en las dietas de adelgazamiento.
Un adulto sano que pese 60 kilos deberá ingerir entre 48-65 gramos de proteína al día, guardando un equilibrio entre las proteínas de origen animal y vegetal (aproximadamente mitad y mitad) ya que las de origen animal normalmente van acompañadas de grasa. Para que os hagáis un idea; un filete pequeño (100 gr.) aporta unos 20 gr. de proteína, un huevo entero unos 13 gr., un vaso de leche entre 6-8, 100 gr. de frutos secos entre 15 y 30, y 100 gr. de legumbres alrededor de 20. Así que ya sabéis, no olvidéis incluir, en por lo menos tres de las principales comidas, un alimento rico en proteínas.
Más adelante hablaremos de los suplementos de proteínas, cuándo es conveniente utilizaros, qué tipos hay, qué ventajas presentan, etc.
martes, 17 de mayo de 2011
CARBOHIDRATOS, HORMONAS Y RENDIMIENTO EN LAS PRUEBAS DE RESISTENCIA.
CARBOHIDRATOS,
HORMONAS
Y RENDIMIENTO EN LAS PRUEBAS DE RESISTENCIA
J.
Mark Davis, Ph.D.
Department o Exercise Science
School of Public Health
University of South Carolina
Columbia, South Carolina
Department o Exercise Science
School of Public Health
University of South Carolina
Columbia, South Carolina
Adrienne
S. Brown, M.A.
Department of Exercise Science
School of Public Health
University of South Carolina
Columbia, South Carolina
Department of Exercise Science
School of Public Health
University of South Carolina
Columbia, South Carolina
PUNTOS
CLAVES
El
ejercicio intenso y prolongado incrementa las concentraciones en plasma de
las hormonas epinefrina, hormona de crecimiento, cortisol y glucagon. La insulina
disminuye.
La
ingesta de carbohidratos durante ejercicios prolongados mitiga las respuestas
de estas hormonas y retarda la fatiga.
Las
respuestas mitigadas de las hormonas pueden contribuir a retrasar la fatiga
central (cerebro) y periférica (músculo) al ayudar a ahorrar el glucógeno
del hígado y de los músculos, manteniendo la glucosa en sangre, y reduciendo
las concentraciones en sangre de ácidos grasos libres, triptofano libre, y
amoníaco.
Para
prevenir una caída en la concentración de glucosa en sangre y para mitigar
la respuesta hormonal al ejercicio, los atletas deberían beber 240-350 mL
(8-12 oz) de una bebida deportiva que contenga carbohidratos cada 15-20 minutos.
INTRODUCCION
El
sistema endocrino (hormonal) permite las funciones corporales normales, incluyendo
el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre, para una salud y un
rendimiento óptimos. Una disminución de glucosa en sangre durante ejercicios
intensos y prolongados, puede ser un gran contribuyente para el comienzo de
la fatiga (Davis & Fitts, 1998). El sistema endocrino trata de mantener
niveles adecuados de glucosa en sangre durante el ejercicio al movilizar otros
combustibles para proveer energía y al estimular la producción de glucosa
a partir de aminoácidos y otras fuentes que no sean carbohidratos. Desafortunadamente,
estas respuestas sólo pueden demorar el agotamiento de las reservas corporales
de carbohidratos, y la fatiga puede ocurrir a pesar de incrementos grandes
de hormonas circulantes. De hecho, como va a ser descrito más adelante, hay
alguna evidencia que sugiere que el incremento dramático de hormonas de estrés
que acompaña al ejercicio de resistencia puede ser lo que realmente apresure
la fatiga.
La
ingesta de bebidas correctamente formuladas con carbohidratos puede retrasar
la fatiga, al mantener altos los niveles de glucosa en sangre (Coggan &
Coyle, 1987) y tal vez al economizar las reservas de glucógeno de los músculos
(Hargreaves, 2000).
Es
interesante que también se atenúa el incremento de hormonas relacionadas con
el estrés cuando se ingieren bebidas con carbohidratos durante el ejercicio,
aunque no se sabe con certeza si esto tiene alguna relación con el retraso
de la fatiga. Por ende, el propósito de este artículo es revisar brevemente
cómo las hormonas que regulan la glucosa (epinefrina, cortisol, insulina,
glucagon y hormona de crecimiento) responden ante el ejercicio, cómo la ingesta
de carbohidratos altera estas respuestas y juzgar si existe una asociación
entre las respuestas alteradas de las hormonas y la postergación de la fatiga.
RESEÑA
DE LA INVESTIGACIÓN
La
respuesta hormonal ante ejercicios prolongados.
Al
comenzar el ejercicio, los impulsos nerviosos de algunos centros motores en
el cerebro ("comando central"), junto a una retroalimentación al
hipotálamo en el cerebro desde los nervios sensoriales que se originan en
los músculos, estimulan o inhiben la liberación de muchas hormonas. Ocurren
cambios rápidos iniciales en la secreción de hormonas en anticipación a la
necesidad de ajustes metabólicos y cardiovasculares necesarios para apoyar
las demandas incrementadas impuestas por el ejercicio. Estos cambios hormonales
se tornan más dramáticos a medida que se incrementa la intensidad del ejercicio
y se desarrolla la fatiga. Pueden también ocurrir o se pueden intensificar
algunos cambios hormonales, para apoyar factores psicológicos o emocionales
durante un ejercicio intenso (Galbo, 1992).
Una
de las señales más importantes involucradas en el control del sistema neuroendocrino
es la disminución en las concentraciones de glucosa en sangre. Esto se demuestra
claramente en estudios de ejercicio, que involucran dietas de bajo contenido
de carbohidratos, ayuno, e infusión de glucosa (Kjaer, 1992; Wasserman &
Cherrington, 1996). El ejercicio intenso y prolongado causa una disminución
predecible de la glucosa en sangre y un incremento correspondiente en las
concentraciones de epinefrina (EPI) (Bailey et al., 1993; Burgess et al.,
1991ª; Nieman et al., 1995), de cortisol (Burgess et a., 1991ª; Nieman et
al.., 1995; Thuma et al., 1995), de glucagon (Galbo, 1992; Mitchell et al.,
1990; Wasserman & Cherrington, 1996), y de la hormona de crecimiento (HC)
(Murray et al., 1995; Nieman et al., 1998; Utter et al., 1999), junto a una
disminución de insulina (Burgess et al., 1991ª,b; Murray et al., 1991, 1995;
Utter et al., 1999; Wasserman & Cherrington, 1996). Estas hormonas tienen
un papel primario en mantener una concentración estable de glucosa en sangre
y frecuentemente se les llama hormonas glucoreguladoras (Tabla 1 ).
Las
respuestas de las hormonas glucoreguladoras ante los ejercicios intensos prolongados
(Figura 1 ) son más pronunciadas al ir incrementándose la duración
del ejercicio, en otras palabras, a medida que la disponibilidad de carbohidratos
se torna limitada y se desarrolla la fatiga. Los cambios pequeños que suceden
al comenzar el ejercicio tienen el propósito principal de movilizar una cantidad
adicional de combustible para responder a las demandas incrementadas de energía
del ejercicio, para desviar la utilización hacia un incrementado metabolismo
de grasas, y para mantener la concentración de glucosa en sangre. Los grandes
cambios hormonales que suceden más tarde en la ejercitación a medida que se
desarrolla la fatiga son causados por el agotamiento de glucógeno en el hígado
y en los músculos, por la inhabilidad de mantener una concentración adecuada
de glucosa en sangre, y por factores psicológicos relacionados al incremento
del esfuerzo necesario para mantener la fuerza y a un estado de ánimo empeorado.
TABLA
1. Las principales acciones de las hormonas glucoreguladoras y algunos
resultados importantes de estas acciones.
|
||
HORMONA
|
ACCIONES
GENERALES
|
RESULTADOS
ESPERADOS
|
Insulina
|
↑
Captación de Glucosa de la Sangre
↑ Síntesis de Glucógeno ↑ Captación de Aminoácidos de la Sangre ↑ Síntesis de Proteínas ↓ Catabolismo de Grasas ↑ Síntesis de Grasas |
↓
Glucosa en Sangre
↑ Glucógeno en Músculos e Hígado ↓ Aminoácidos en Sangre ↑ Proteínas en los Tejidos ↓ Acidos Grasos en Sangre ↑ Reservas de Grasa en Tejidos |
Glucagon
|
↑
Catabolismo de Glucógeno en Hígado
↑ Producción de Glucógeno en Hígado a partir de Aminoácidos y Acido Láctico ↑ Catabolismo de Grasas |
↑
Glucosa en Sangre
↑ Glucosa en Sangre ↑ Acidos Grasos en Sangre |
Epinefrina
(EPI)
|
↑
Catabolismo de Glucógeno en Hígado
↑ Catabolismo de Glucógeno en Músculos ↑ Catabolismo de las Grasas |
↓
Glucógeno en Hígado
↑ Glucosa en Sangre ↓ Glucógeno en Músculo ↑ Acidos Grasos en Sangre |
Cortisol
|
↑
Producción de Glucógeno en Hígado a partir de Aminoácidos y Ácido Láctico
↑ Catabolismo de Grasas ↑ Catabolismo de Proteínas |
↑
Glucosa en Sangre
↑ Ácidos Grasos en Sangre ↑ Aminoácidos en Sangre |
Hormona
de Crecimiento (HC)
|
↓
Captación de Glucosa de Sangre
↑ Captación de Aminoácidos de Sangre ↑ Síntesis de Proteínas ↑ Catabolismo de Grasas |
↑
Glucosa en Sangre
↓ Aminoácidos en Sangre ↑ Proteínas en Tejidos ↑ Acidos Grasos en Sangre |
Efectos
de la ingesta de carbohidratos en la respuesta hormonal al ejercicio.
La
ingesta de carbohidratos inmediatamente antes de y/o durante los ejercicios
de resistencia produce alteraciones significativas en las hormonas glucoreguladoras.
Estas respuestas incluyen una moderación del típico incremento de epinefrina,
cortisol, glucagon, y la hormona de crecimiento, y una menor reducción de
la insulina. De hecho, la insulina puede incrementarse con la administración
de carbohidratos durante el ejercicio (Figura 2 ). Esta respuesta respalda
la premisa de que el mantenimiento de la glucosa en plasma es un papel primario
de estas hormonas durante los ejercicios prolongados.
La
ingesta de 30-60 g de carbohidratos por hora es suficiente para prevenir una
caída en la concentración de glucosa en sangre y para retrasar la fatiga durante
ejercicios prolongados (Hargreaves, 2000). Los estudios sobre hormonas que
utilizan protocolos de alimentación similares, típicamente encuentran que
la ingesta de carbohidratos mitiga la respuesta de las hormonas glucoreguladoras
ante el ejercicio. En contraste, cuando a los sujetos se les suministra solo
13 g de carbohidratos por hora durante casi 3 h de ejercicio a 70% VO2 max,
no hay efecto sobre varias variables metabólicas, sobre el esfuerzo percibido,
la epinefrina, el cortisol, el glucagon, la insulina, ni el tiempo para que
aparezca la fatiga (Burgess et al., 1991ª).
Fig.
1
Descripción
esquemática de los cambios de concentración de las hormonas glucoreguladoras
en plasma, durante 2h de ejercicios a 70% VO2 máx., cuando los atletas
no consumen carbohidratos durante el ejercicio.
|
Insulina.
Cuando se ingieren carbohidratos durante el ejercicio, las concentraciones
de insulina en plasma normalmente se mantienen al mismo nivel que en reposo,
o en algunas instancias se incrementan (Aalborg & Felig, 1976; Burgess
et al., 1991b; Coyle et al., 1983; Davis et al., 1992; Fritzsche et al., 2000;
Murray et al., 1991; Nieman et al., 1998).
Epinefrina
(EPI). La ingesta de carbohidratos mitiga el aumento de epinefrina durante
la ejercitación en la mayoría de los estudios (Deuster et al., 1992; Fritzsche
et al., 2000; Mitchell et al., 1990; Nieman et al., 1998). En un reporte interesante,
los aumentos de epinefrina fueron mitigados durante 122 min. de ciclismo a
62 % VO2 max y luego de 2.5 h de ciclismo, pero no corriendo a 75% VO2 max
(Utter et al., 1999). No está claro por qué ocurrió esta respuesta específica
a la modalidad de ejercicio.
Fig.
2
Descripción
esquemática de los cambios de concentración de las hormonas glucoreguladoras,
durante 2h de ejercicios a 70% VO2 máx., cuando los atletas ingieren
30-60g de carbohidratos durante cada hora de ejercicio.
|
Cortisol.
La ingesta de carbohidratos durante el ejercicio puede mitigar también el
aumento de la concentración de cortisol durante el ejercicio y por varias
horas después de éste (Nieman et al., 1998; Davis et al., 1989). Utter
et al. (1999) demostraron que el cortisol de hecho disminuía después
de 2.5 h de ciclismo o de carrera cuando los sujetos ingerían una solución
de carbohidratos, en comparación a la condición de placebo, en la cual los
niveles de cortisol se mantuvieron en los valores pre- ejercicio o apenas
más altos. Otros han demostrado respuestas similares durante el ejercicio
continuo por 2 h (Deuster et al., 1992; Murray et al., 1991, 1995) o después
de siete carreras de ciclismo de 12-min. a 70 % VO2 pico (Mitchell et al.,
1990).
Glucagon
y Hormona de Crecimiento. El aumento del glucagon y la hormona de crecimiento
en sangre durante el ejercicio puede ser atenuado ingiriendo carbohidratos.
La ingesta de glucosa bloqueó totalmente la respuesta del glucagon a 4 h de
ciclismo a 30% VO2 max (Aalborg & Felig, 1976) pero no afectó la respuesta
del glucagon ante el ciclismo intermitente a 70% VO2 max (Mitchell et al.,
1990). Las elevaciones de la hormona de crecimiento en plasma fueron mitigadas
después de 2.5 h de ciclismo o de carrera a 75% VO2 max en sujetos a los que
se les habían dado bebidas con carbohidratos, en comparación con otros a los
que se les había suministrado una bebida placebo (Nieman et al., 1998; Utter
et al., 1999).
Fig.
3
Descripción
esquemática de cómo el consumo de bebidas deportivas que contengan carbohidratos,
durante los ejercicios intensos prolongados, puede retrasar la fatiga,
alterando los combustibles (glucosa y ácidos grasos) ,las hormonas ylos
metabolitos relacionados a la fatiga (triptofano y amoníaco libres)
en la sangre. Estos cambios en la sangre pueden afectar la función tanto
del cerebro como de los músculos, produciendo una mejoría en el rendimiento
atlético.
|
La
posible función de las hormonas glucoreguladoras en el retraso de la fatiga
asociada con la ingesta de carbohidratos.
La
reducida disponibilidad de carbohidratos como combustible (glucógeno y glucosa)
y la puesta en marcha de la deshidratación, son los factores limitantes más
importantes durante el ejercicio de resistencia, y está bien establecido que
la reposición de los carbohidratos y fluidos durante el ejercicio mediante
la ingesta de bebidas deportivas debidamente formuladas con carbohidratos
retrasará la fatiga y mejorará el rendimiento. Aún así, los mecanismos precisos
responsables de los efectos positivos de las bebidas que contienen carbohidratos
no se entienden por completo (Davis & Fitts, 1998; Hargreaves, 2000).
Coggan & Coyle (1987) sugirieron que el mecanismo principal para retardar
la fatiga es el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre y de la
tasa de oxidación de carbohidratos durante las últimas etapas del ejercicio,
en las cuales el glucógeno en los músculos es limitado. La ingesta de carbohidratos
puede también economizar el glucógeno de los músculos en varios tipos de fibras
durante el ciclismo o la carrera intermitente (Hargreaves, 2000). Sin embargo,
también es posible que los mecanismos de la fatiga estén dentro del cerebro
(Davis, 2000; Gandevia, 1999). La alimentación con carbohidratos puede aumentar
la función cerebral y mejorar la sensación de bienestar del sujeto durante
el ejercicio (Davis, 2000); la mayoría de las personas para de ejercitarse
o comienza a mostrar un rendimiento pobre porque el esfuerzo necesario para
seguir se percibe como demasiado grande. Este gran incremento en la percepción
del esfuerzo durante el ejercicio prolongado casi siempre precede a la incapacidad
del músculo para producir la fuerza o potencia adecuadas (Gandevia, 1999).
Por lo tanto, los beneficios de la ingesta de carbohidratos en retrasar la
fatiga pueden incluir una sensación reducida de esfuerzo, una motivación mejorada,
un mejor ánimo, y una inhibición reducida de la actividad motora central en
las regiones superiores del cerebro (Davis, 2000; Gandevia, 1999).
Nosotros
proponemos como hipótesis que la ingesta de carbohidratos durante el ejercicio
ayuda a mantener la glucosa en sangre; de este modo se reducen las concentraciones
en sangre de la epinefrina, el glucagon, el cortisol, y la hormona de crecimiento,
y se incrementa la de insulina. Estos efectos de la ingesta de carbohidratos
podrían retrasar el agotamiento de glucógeno en los músculos y en el hígado,
incrementar la captación y oxidación de glucosa en los músculos y en el cerebro,
y bajar las concentraciones plasmáticas de ácidos grasos libres (AGL) y amoníaco
que pueden contribuir a la fatiga central. Es raro que ocurra una caída severa
de la glucosa en sangre (hipoglucemia) en el punto de la fatiga. De este modo,
la disponibilidad de glucosa para el cerebro probablemente no sea de gran
importancia para retrasar la fatiga. Sin embargo, es bien sabido que las disminuciones
modestas de la glucosa en plasma pueden causar impedimentos en funciones cognitivas
y en el ánimo, aún antes de la activación de la respuesta de las hormonas
glucoreguladoras y antes de los tradicionales síntomas del desarrollo de la
hipoglucemia (De Feo et al., 1988; Jones et al., 1990; Merbis et al., 1996).
El mantenimiento de la glucosa en sangre para el cerebro puede contribuir
a bajar la percepción del esfuerzo frecuentemente observada en estas condiciones.
Utter et al. (1999)
demostraron recientemente que una percepción del esfuerzo más baja en los
sujetos que consumieron bebidas con carbohidratos estaba relacionada con tasas
más altas de oxidación de carbohidratos, mayor nivel de glucosa en sangre,
mayor insulina, y menor cortisol y hormona de crecimiento. También se observó
una menor percepción del esfuerzo con la inyección de glucosa durante ejercicios
de baja intensidad (Tabata et al., 1991) y con el consumo de bebidas con carbohidratos
durante el ciclismo prolongado a 70% VO2 max (Burgess et al., 1991b).
La
modesta disminución de ácidos grasos libres después de la ingesta de carbohidratos
(siendo el resultado de un incremento en la insulina y una disminución de
epinefrina, hormona de crecimiento y de cortisol) podría también ayudar a
retrasar la fatiga central. ¿Cómo podría funcionar esto? Cuando las concentraciones
de ácidos grasos libres en sangre se reducen, las concentraciones de triptofano
libre también se reducen. Esto significa que menos triptofano es tomado de
la sangre y convertido en serotonina en el cerebro. Se cree que la serotonina
promueve la fatiga central (Davis et al., 1992).
La
ingesta de carbohidratos también reduce los niveles en sangre de glucagon
y cortisol durante el ejercicio, e incrementa los niveles de insulina. Se
esperaría que estos cambios redujeran los niveles de amoníaco en la sangre
y en el cerebro (Wasserman & Cherrington, 1996); el amoníaco es tóxico
para el cerebro y puede también perjudicar el metabolismo en los músculos.
RESUMEN
Las
últimas etapas de los ejercicios prolongados se asocian comúnmente con un
gran incremento de hormonas glucoreguladoras, que indica una incapacidad de
mantener la glucosa en sangre, y estos cambios hormonales pueden ser una señal
importante de fatiga inminente. El incremento de epinefrina, cortisol, glucagon
y la hormona de crecimiento, de la mano de la disminución de insulina, pueden
contribuir a la fatiga. La ingesta de carbohidratos durante el ejercicio puede
mitigar esta respuesta hormonal glucoreguladora, y en parte, puede ser responsable
de un retardo en la puesta en marcha de la fatiga. Cada 15-20 min. durante
ejercicios prolongados, los atletas deberían beber 240-350 mL (8-12 oz) de
una bebida deportiva que contenga carbohidratos para reemplazar tanto carbohidratos
como fluidos. Esto va a prevenir una caída en la glucosa en sangre y probablemente
retrase la fatiga. El retraso de la fatiga bajo estas circunstancias puede
involucrar tanto a los mecanismos centrales como a los periféricos.
viernes, 13 de mayo de 2011
LA RECARGA DE CARBOHIDRATOS ANTES DE LA COMPETICIÓN. VENTAJAS Y DESVENTAJAS.
La ciencia de la carga de
carbohidratos
Por David Peterson
Por David Peterson
Está firmemente establecida la conexión entre la hipoglucemia, el cansancio y la terminación prematura de entrenamiento, por lo tanto la carga de hidratos de carbono es una forma probada de aumentar el nivel de resistencia en los eventos cuya duración se prolongue por encima de las dos horas. Si
bien hay varios métodos de carga de carbohidratos, el proceso consiste
básicamente en consumir grandes cantidades de alimentos ricos en estos, con el
fin de saturar las reservas de carbohidratos del cuerpo. Se propone que con el aumento
de estas reservas de energía, el participante será capaz de evitar la
hipoglucemia inducida por el ejercicio y seguir ejerciendo más tiempo que si
este proceso de saturación no se hubiera producido. Este artículo pretende
explicar con más detalle cómo realizar la carga de hidratos de carbono y el
razonamiento detrás de su práctica.
El cuerpo humano es capaz de almacenar los hidratos de carbono para su uso como energía en el hígado y los músculos en forma de una sustancia conocida como glucógeno. Este almacén de hidratos de carbono es básicamente "almidón" humano y es capaz de ser degradado rápidamente para alimentar los músculos durante el ejercicio de alta intensidad (glucógeno muscular) y para mantener los niveles de glucosa (glucógeno hepático). En la descarga o estado “no saturado” de hidratos de carbono, un consumo de un individuo medio no entrenado (45% de hidratos de carbono) es capaz de almacenar aproximadamente 100 gramos (g) de glucógeno en el hígado, mientras que el músculo es capaz de almacenar alrededor de 280g.
La tarea de mantener los
niveles de glucosa en sangre se basa firmemente en las reservas de glucógeno
del hígado y la glucogénesis (la producción de glucosa a partir de aminoácidos).
La oxidación de la
glucosa en sangre en un 70-80% VO2 max es aproximadamente 1,0 g / min o 60 g / hora. Por lo tanto, se puede
predecir que, incluso con las reservas de glucógeno de un atleta menos
condicionado completas, sus hidratos de carbono del hígado se agotarán entre la
hora y los tres cuartos de hora de ejercicio continuo de intensidad moderada.
(Curiosamente, los
requerimientos diarios de hidratos de carbono del cerebro y el sistema nervioso
son suficientes para agotar las reservas de glucógeno del hígado en 24 horas.)
Una vez que los niveles de glucógeno del hígado empiezan a bajar y el ejercicio
continúa en el cuerpo comienza a aumentar la hipoglucemia (azúcar bajo en sangre),
principalmente porque en la sangre la glucosa se agota más rápido de lo que se
sustituye por la glucogénesis. El profesor Tim Noakes considera que el agotamiento de
glucógeno en el hígado primero y la hipoglucemia después son los principales
factores que afectan a la fatiga y el rendimiento durante las carreras de larga
duración y, sobre todo en los casos donde los niveles de glucógeno muscular también
son bajos.
La
cantidad de hidratos de carbono adicional que es capaz de ser almacenada en el
cuerpo depende de la dieta y el nivel de preparación física de atleta. Para una persona sin
entrenamiento consumir una dieta alta en
carbohidratos (75%), las reservas de glucógeno pueden aumentar hasta 130g y
360g para el hígado y el músculo, respectivamente, para un total de
almacenamiento de 490 g.
Para un entrenamiento
de un atleta con un consumo diario de una dieta normal (45% de hidratos de
carbono), los niveles de glucógeno aproximadamente 55g y 280g para el hígado y
el músculo, respectivamente, dando un total de 330g. Sin embargo, si este mismo
atleta bien acondicionado consume una dieta alta (75% de carbohidratos), sus
reservas de carbohidratos puede elevarse hasta 880g con aproximadamente 160g
almacena en el hígado y 720g en el músculo. Es evidente que los músculos
del atleta acondicionado son mucho más eficientes en el almacenamiento de
hidratos de carbono que los de su competidor no acondicionado. Al saturar el músculo a
través del consumo de altos niveles de hidratos de carbono, el atleta aumenta
automáticamente su umbral de fatiga por hipoglucemia varias veces.
Existen
varios métodos para la carga de hidratos de carbono y hay mucha literatura al
respecto. El
método más conocido es la tradicional "descarga/sobrecarga de glucógeno"
o carbohydrate-depletion/carbohydrate loading. Este método consiste
básicamente en que el atleta entrene hasta el agotamiento el sexto día antes de
una competición importante y durante los próximos tres días haga una dieta alta
en proteínas/grasas y baja en carbohidratos (menos del 10% de energía total).
En el tercer día el
atleta vuelve a entrenar hasta el agotamiento, pero durante los tres días
siguientes consume una dieta alta en carbohidratos (90%). El objetivo de este método es
agotar seriamente las reservas de glucógeno del cuerpo para causar un efecto de
"super-compensación" en las reservas de carbohidratos. La investigación ha
demostrado sin embargo, que este método de extracción de glucógeno puede no ser
de hecho suficiente para alcanzar la saturación óptima de hidratos de carbono
en individuos bien entrenados y que este efecto de la supercompensación puede
que ni siquiera se llegue a producir. Los estudios han demostrado que los atletas, simplemente
consumiendo una dieta alta en carbohidratos (75%) durante tres días antes de la
competición consiguen resultados comparables a los individuos que realizaron el
método de extracción de glucógeno a la hora de cargar sus reservas de
carbohidratos. Además,
la cantidad de entrenamiento efectuado antes del inicio del régimen tradicional
tiene poco efecto sobre los almacenes de los hidratos de carbono resultantes.
Por lo tanto, para un
atleta bien acondicionado puede ser suficiente hacer poco más que consumir una
mayor cantidad de hidratos de carbono en los tres días antes de la competición
para recibir beneficios completos.
La carga
óptima de hidratos de carbono se puede lograr si se consumen unos 600 g de hidratos de carbono al
día durante dos o tres días. Probablemente importa poco si los hidratos de carbono extra se
consumen en su forma simple (glucosa) o complejos (almidón) de hidratos de
carbono. La
mayoría de los carbohidratos se digieren rápidamente y entran en el torrente
sanguíneo a través del intestino lo mismo que si se ha ingerido glucosa.
La tasa de reposición
es mayor inmediatamente después del ejercicio debido a la sensibilidad a la
insulina. La
cantidad ingerida debe ser de 50
a 80 g
comenzando inmediatamente después del ejercicio repitiendo dos horas y
continuando durante las primeras seis horas. La reposición de glucógeno
completa se alcanza generalmente dentro de 20 horas si se utiliza este método,
sin embargo, la resíntesis de glucógeno más rápido se observa cuando la glucosa
se infunde directamente al torrente sanguíneo, dando un pico absoluto de las
concentraciones de glucógeno muscular de cerca de 800 g (suponiendo
aproximadamente 20 kg
de músculo) en unas ocho horas. La reposición completa del glucógeno después de un
evento prolongado puede tomar varios días más debido al daño muscular como
resultado de repetidos ciclos de contracción concéntrica y excéntrica.
Con
los beneficios asociados a la carga de hidratos de carbono puede ser útil
mencionar algunas posibles desventajas al seguir este procedimiento. En primer lugar, el
almacenamiento de glucógeno se asocia a un concomitante almacenamiento de agua. Se estima que cada gramo de
glucógeno almacenado se asocia con alrededor de 2,7 g de agua. Por lo tanto, un atleta bien
acondicionado, cuyas reservas de glucógeno totales se acercan a 800g encontrará
su peso corporal aumentado sobre 2
kg al comienzo de la carrera. Este aumento del peso
corporal tendrá repercusiones en el funcionamiento de la economía y el
rendimiento por lo menos cerca del comienzo del evento, cuando las reservas de
energía serán altas. Como los músculos y otros órganos progresivamente oxidan
las reservas de glucógeno durante el ejercicio, el agua almacenada es de nuevo liberada
del cuerpo. Esto
a su vez puede complicar los requerimientos de fluidos del atleta, que tengan
que consumir menos líquido que un competidor que no haya hecho la carga de
carbohidratos. Una
posible solución para la retención de agua y aumento de peso es que el atleta haga
carga de menor medida e ingerir una bebida enriquecida carbohidratos y
electrolitos durante el ejercicio para ayudar a mantener la glucosa en la
sangre y el equilibrio electrolítico (el consumo de carbohidratos durante un
evento en el estado de plena carga es excesiva y no produce ningún beneficio
adicional). Otro
inconveniente de la carga de hidratos de carbono si se realiza correctamente es
el malestar gástricointestinal. Ingerir grandes cantidades de hidratos de carbono puede afectar
a la osmolaridad del intestino. En otras palabras, los carbohidratos (especialmente
simples, azúcares procesados) en el intestino extraen el agua por ósmosis afectando
el balance hídrico y pudiendo producir molestias intestinales y diarrea.
Como se mencionó, un
atleta debe tender a consumir aproximadamente 600 gramos al día
preferiblemente en múltiples comidas/sesiones para evitar la sobrecarga de las capacidades digestivas del cuerpo.
En
conclusión, este artículo ha demostrado los muchos beneficios asociados con la
carga de hidratos de carbono. Este proceso debe ser visto como un método eficaz y
simple para mejorar el rendimiento y la resistencia durante el ejercicio de
duración prolongad. El aumento de las reservas corporales de carbohidratos
antes de la competición garantiza la energía suficiente para evitar la fatiga por
hipoglucemia y la terminación anticipada
del ejercicio. Consumir
mayores cantidades de hidratos de carbono tres días antes de la competición
puede ser suficiente para la mayoría de los atletas, sin embargo, es importante
seguir el régimen de carga correctamente para evitar el malestar intestinal.
La ciencia del
ejercicio sigue siendo la exploración de la importancia y la contribución
relativa de las dos fuentes de las reservas de glucógeno para mejorar el
rendimiento y de la investigación se espera que arroje más luz sobre sus
conexiones relacionadas con la fatiga.
Referencias y lectura adicional: Más información sobre la carga de hidratos de carbono y una explicación detallada de las contribuciones de los hidratos de carbono durante el ejercicio se puede encontrar en "Lore of Running", escrito por Tim Nokes, MD, un libro clásico en su cuarta edición dedicada no sólo a la ejecución de rendimiento, sino a la fisiología del ejercicio también.
Referencias y lectura adicional: Más información sobre la carga de hidratos de carbono y una explicación detallada de las contribuciones de los hidratos de carbono durante el ejercicio se puede encontrar en "Lore of Running", escrito por Tim Nokes, MD, un libro clásico en su cuarta edición dedicada no sólo a la ejecución de rendimiento, sino a la fisiología del ejercicio también.
lunes, 11 de abril de 2011
ASPECTOS PRÁCTICOS DE LA FATIGA EN LA MEDA MARATON
Aspectos prácticos de la fatiga en la Media Maratón
ASPECTOS PRÁCTICOS DE LA FATIGA EN LA MEDIA MARATÓN
Dr. Nicolás Terrados Cepeda.
Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias - Fundación Deportiva Municipal de Avilés.
Dpto. de Biología Funcional. Universidad de Oviedo.
La fatiga durante el entrenamiento o la competición de media maratón es considerada como el estado en el que el deportista no puede mantener el nivel de rendimiento o entrenamiento esperado. Es una situación usual y a veces necesaria dentro de la práctica deportiva, para llegar al alto rendimiento, pero si no se controla puede llevar a alteraciones importantes, incluso patológicas del deportista. Sin embargo, por la complejidad de los mecanismos que la producen y debido a la gran variedad de factores que pueden influir en la fatiga deportiva, es todavía escaso el conocimiento que se tiene sobre este tema, aunque son muchos los investigadores que en la actualidad están tratando de esclarecer las causas de la fatiga deportiva con el fin de aplicar estos conocimientos en el manejo de las distintas situaciones de fatiga dentro de la actividad deportiva: fatiga aguda, subaguda y crónica o sobreentrenamiento.
Podemos dividir la fatiga en; Fatiga CENTRAL cuando afecta a la parte nerviosa de la contracción muscular y Fatiga PERIFÉRICA cuando están deteriorados los procesos bioquímicos y contráctiles del músculo propiamente dicho.
En la media maratón, para muchos autores, la Fatiga Periférica (muscular) es la más frecuente.
Durante la media maratón, son muchos los factores que pueden influir en la fatiga muscular, desde la capacidad de transportar oxígeno a la disponibilidad de sustrato energético y desde la señal de la motoneurona a la interacción de las proteínas contráctiles en el músculo.
Pero a nivel práctico en la media maratón, los mecanismos que condicionan la aparición de la fatiga, serían por orden de importancia:
-El vaciamiento de los depósitos de glucógeno.
-El acúmulo de temperatura. (Si es un día de temperaturas y/o humedad altas).
-El acúmulo de metabolitos (el lactato principalmente).
-El daño muscular producido por el propio ejercicio.
Novedades PRÁCTICAS sobre los depósitos de Glucógeno.
En los últimos años, se ha demostrado científicamente que, en deportistas que utilizan sus depósitos de glucógeno en la competición (como es el caso de la media maratón), el consumo de carbohidratos (CHO), asociados a una pequeña cantidad de Proteínas y particularmente de leucina, en la primera fase de la recuperación después de los entrenamientos, mejora los niveles de resíntesis de glucógeno muscular. Por lo que se debería de ingerir esta combinación de carbohidratos y proteínas, nada más acabar los entrenamientos, sobre todos en las últimas semanas de preparación de la media maratón.
BIBLIOGRAFÍA:
Terrados Cepeda, N., Mora-Rodríguez, R. y S. Padilla Magunacelaya. "La Recuperación de la Fatiga del Deportista". Editorial Gymnos, Madrid. 2004.
Dr. Nicolás Terrados Cepeda.
Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias - Fundación Deportiva Municipal de Avilés.
Dpto. de Biología Funcional. Universidad de Oviedo.
La fatiga durante el entrenamiento o la competición de media maratón es considerada como el estado en el que el deportista no puede mantener el nivel de rendimiento o entrenamiento esperado. Es una situación usual y a veces necesaria dentro de la práctica deportiva, para llegar al alto rendimiento, pero si no se controla puede llevar a alteraciones importantes, incluso patológicas del deportista. Sin embargo, por la complejidad de los mecanismos que la producen y debido a la gran variedad de factores que pueden influir en la fatiga deportiva, es todavía escaso el conocimiento que se tiene sobre este tema, aunque son muchos los investigadores que en la actualidad están tratando de esclarecer las causas de la fatiga deportiva con el fin de aplicar estos conocimientos en el manejo de las distintas situaciones de fatiga dentro de la actividad deportiva: fatiga aguda, subaguda y crónica o sobreentrenamiento.
Podemos dividir la fatiga en; Fatiga CENTRAL cuando afecta a la parte nerviosa de la contracción muscular y Fatiga PERIFÉRICA cuando están deteriorados los procesos bioquímicos y contráctiles del músculo propiamente dicho.
En la media maratón, para muchos autores, la Fatiga Periférica (muscular) es la más frecuente.
Durante la media maratón, son muchos los factores que pueden influir en la fatiga muscular, desde la capacidad de transportar oxígeno a la disponibilidad de sustrato energético y desde la señal de la motoneurona a la interacción de las proteínas contráctiles en el músculo.
Pero a nivel práctico en la media maratón, los mecanismos que condicionan la aparición de la fatiga, serían por orden de importancia:
-El vaciamiento de los depósitos de glucógeno.
-El acúmulo de temperatura. (Si es un día de temperaturas y/o humedad altas).
-El acúmulo de metabolitos (el lactato principalmente).
-El daño muscular producido por el propio ejercicio.
Novedades PRÁCTICAS sobre los depósitos de Glucógeno.
En los últimos años, se ha demostrado científicamente que, en deportistas que utilizan sus depósitos de glucógeno en la competición (como es el caso de la media maratón), el consumo de carbohidratos (CHO), asociados a una pequeña cantidad de Proteínas y particularmente de leucina, en la primera fase de la recuperación después de los entrenamientos, mejora los niveles de resíntesis de glucógeno muscular. Por lo que se debería de ingerir esta combinación de carbohidratos y proteínas, nada más acabar los entrenamientos, sobre todos en las últimas semanas de preparación de la media maratón.
BIBLIOGRAFÍA:
Terrados Cepeda, N., Mora-Rodríguez, R. y S. Padilla Magunacelaya. "La Recuperación de la Fatiga del Deportista". Editorial Gymnos, Madrid. 2004.
jueves, 31 de marzo de 2011
COMO CALCULAR TUS NECESIDADES CALÓRICAS DIARIAS
El siguiente artículo pertenece integramente al Capítulo III del libro "Alimenta tus pedaladas" de Chema Arguedas. Un libro muy aconsejable para cualquier deportista que quiera saber un poco sobre nutrición y especialmente para los ciclistas.
¿Cuales son mis necesidades calóricas diarias?
De la misma forma que no es válido un mismo entrenamiento
para un grupo de ciclistas, tampoco hay una misma dieta para todos los
ciclistas o deportistas. Cada uno es de un tamaño o una constitución diferente,
siguen un entrenamiento distinto, una genética distinta, etc, etc.
Cada individuo necesita un determinado número de calorías
para mantener sus funciones vitales. Se cae por su propio peso que la cantidad
de calorías que necesita un ciclista de setenta kilos va a ser menor que la
necesaria para un ciclista de noventa kilos.
En muchos casos el peso corporal está influenciado por un
factor genético, al que hay que sumar otros condicionantes como son los hábitos
nutricionales, la actividad laboral y la deportiva.
Teniendo en cuenta estos condicionantes vamos a ver los
datos necesarios para que cuando hayas decidido controlar tu peso, conserves en
todo momento la mejor relación peso/potencia y además no enfermes en tu
intento.
Cada mes sabes que tienes unos gastos inamovibles, que
suelen ir en función del poder adquisitivo de cada uno. Debes saber y llevar
cuenta de lo que habitualmente consumes en cada recibo de agua, teléfono, luz,
gasolina, etc, etc. Sumas todo y sabes el dinero total que debes tener fijo en
tu cuenta. Sencillamente, porque si al llegar los recibos no tienes saldo
suficiente, los intereses que vas a pagar son muy altos. Además sabes tener una
cantidad añadida para el ocio. Si acostumbras a sacar el dinero que necesitas
para los recibos y emplearlo para irte de fiesta… al final tendrás problemas.
Pues a la hora de cuidar y saber la cantidad de comida que
debes ingerir, es algo parecido. En lugar de dinero debes ingresar calorías. Y
aquí las calorías no las ingresas en función del poder adquisitivo, sino en
función de tu composición corporal y de tu actividad diaria. Y también tienes
que aportar un extra de calorías para el ocio, en este caso, el deporte.
Aquí la diferencia estriba en que los intereses los vas a
pagar siempre. Tanto si te pasas por exceso como por defecto. Si te pasas en
las proporciones y cantidades de cada nutriente, tus depósitos de grasa
aumentarán, y si te quedas corto, por desconocimiento o dejadez, puedes sufrir
alguna carencia. En definitiva, los intereses los vas a pagar en pérdida de
rendimiento en el mejor de los casos. Te pesará el culo subiendo o te faltarán
fuerzas.
Y para que vayas teniendo noción de las calorías que debes
ingresar a lo largo del día, sólo se te pueda acusar de dejadez y no de falta
de conocimiento, éstos son los factores
que permitirán que puedas calcular el gasto calórico diario:
- El metabolismo basal
- El índice de actividad
- La actividad deportiva
- La Acción dinámico específica de los alimentos (este dato resta en el cálculo total)
Una vez que hayas sumado todos ellos, podrás tener una idea
aproximada de la cantidad de alimentos que debes ingerir y la proporción de
cada uno de ellos.
EL METABOLISMO BASAL
Es el gasto calórico que va a necesitar tu organismo para
mantener las funciones vitales. Temperatura corporal, sistema cardiovascular
(el que más consume), reacciones químicas, etc., son algunas de esas funciones.
No sé si habrás observado, y si no has llegado ya te tocará,
que según vayas soplando velas cada año, cada vez te costará más quitar los
excesos del verano. Esto es consecuencia de que a partir de tu década
veinteañera, vas necesitando menos calorías para funcionar. Cada año que pasa,
tu organismo consumirá un porcentaje menor de calorías.
De 30 a
40 años
|
-3%
|
De 40 a
50 años
|
-6%
|
De 50 a
60 años
|
-14%
|
De 60 a
70 años
|
-21%
|
Más de 70 años
|
-31%
|
Las mujeres gastan menos que los hombres, por lo menos
calorías (que no se me enfaden, es broma), principalmente porque tienen más
porcentaje de grasa que los hombres y en ese caso el gasto calórico es menor.
Situaciones de estrés, nerviosismo y frío son condiciones
que aumentan el gasto calórico. Durante el sueño se reduce el metabolismo basal
entre un 7% y 9%.
La tiroides es la hormona reguladora del metabolismo. El
hipertiroidismo aumenta el metabolismo basal y el hipotiroidismo lo disminuye.
Por ejemplo, en lo referente al peso, una de las consecuencias de sufrir
hipotiroidismo es que se engorda sin comer a penas. Una simple analítica
sanguínea refleja cualquier anormalidad en este sentido.
Para calcular el metabolismo basal, existen multitud de
f´rmulas y alguna de ellas muy complicada. Dos de las más asequibles y
utilizadas son las siguientes:
Hombre: 66.473 +
(Peso x 13.7516) + (Altura cm. x 5.0033) = Resultado anterior – (Edad x 6.6755)
Mujer: 655.0955 +
(Peso x 9.56364) + (Altura cm. X 1.8496) =
Resultado anterior – (Edad x 4.6756)
Otra fórmula mucho más sencilla es aquella en la que deberás
considerar 1 caloría por cada kilo de peso corporal y 0.9 en las mujeres.
Ejemplo, para un individuo de 70 kilos:
1caloría x 70 kilos = 70 cal/hora
24 horas x 70 calorías= 1680 calorías que gasta al día.
COSUMO CALÓRICO POR ÍNDICE DE ACTIVIDAD
Aquí entrarían las calorías que gastamos a lo largo de
nuestra jornada laboral y realizando otras actividades diarias como leer, ver
la televisión, vestirse, lavarse, hacer la cama, etc.
Evidentemente, un albañil o alguien que descargue muebles,
gastaría más que otra persona que esté sentada en el ordenador durante toda la
jornada. Aunque puedes tener una actividad laboral bastante tranquila y por el
contrario cuando llegas a casa tenerla mucho más ajetreada; o también puede
suceder al revés.
Por ejemplo, un mecánico d automóviles se estima que consume
3.8 calorías por kg/h, un peón de albañil 7 calorías por kg/h y alguien sentado
en un ordenador calrías por kg/h.
El consumo puede fluctuar de 2 a 3 calorías hora para
actividades profesionales poco activas y de 4 a 7 calorías para profesiones más activas.
Para conocer cómo está catalogada tu actividad y valorar si
es ligera, media o pesada, nos vamos a la siguiente tabla:
TIPO DE
ACTIVIDAD
ACTIVIDAD LIGERA
|
Ver la televisión, estar en el ordenador, comer, estar
tumbado, leer, relojero, cajero, transportista, fotógrafo, peluquero,
administrativo, etc.
|
ACTIVIDAD MEDIA
|
Trabajo doméstico, caminar despacio, estudiante, mecánico,
trabajo de jardinero, electricista, planchador, etc.
|
ACTIVIDAD PESADA
|
Tareas agrícolas no mecanizadas, minero, forestal, cavar,
obrero de la construcción, herrero, bailarín, monitor de actividad física,
etc.
|
Teniendo en cuenta los gastos calóricos por actividad se han
desarrollado distintas tablas, de las cuales creo que una de las más fáciles y
objetivas de utilizar es la siguiente al contemplar la posibilidad de calcular
por separado, distintas actividades a lo largo de un día:
TABLA DE GASTO
CALÓRICO
PESO DEL
IDIVIDUO
|
ACTIVIDAD
LIGERA
|
ACTIVIDAD
MEDIA
|
ACTIVIDAD
PESADA
|
CÁLCULO
|
40
|
70
|
100
|
150
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
45
|
75
|
105
|
155
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
50
|
80
|
110
|
160
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
55
|
85
|
115
|
165
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
60
|
90
|
120
|
170
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
65
|
95
|
125
|
175
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
70
|
100
|
130
|
180
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
75
|
105
|
135
|
185
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
80
|
110
|
140
|
190
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
85
|
115
|
145
|
195
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
90
|
120
|
150
|
200
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
95
|
125
|
155
|
205
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
100
|
130
|
160
|
210
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
105
|
135
|
165
|
215
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
110
|
140
|
170
|
220
|
Caloría x Tiempo de actividad
|
En esta tabla hemos visto reflejado el gasto calórico, en
función de la magnitud del esfuerzo, la duración del mismo y dependiendo del
peso que tengas.
Una vez que conocemos cuál es el gasto del metabolismo basal
y el de la actividad diaria, ya disponemos de los primeros datos para calcula
parte de un gasto calórico diario. Aunque nos faltará por añadir el consumo
calórico que tengas en la bicicleta; algo que trataremos en el siguiente punto.
De momento vamos a ejemplarizar con el caso de un individuo
de 35 años, 75 kilos de peso, 1.78m de estatura y que trabaja 8 horas como
mecánico del automóvil.
Metabolismo basal:
De las dos fórmulas para el cálculo del metabolismo basal utilizaremos la
primera, ya que además del peso tiene en cuenta la talla y la edad, por lo que
el resultado se ajustará más a la realidad. Si te sirve de algo, es la misma
fórmula que utiliza algún equipo Pro Tour para calcular el metabolismo basal de
sus corredores y así diseñar una dieta con más datos.
66.473+ (peso x
13.7516) + (altura
en cm x 5.0033) = resultado anterior
– (edad x 6.6755)
66.473+ (75 kg x 13.7516)
+ (178 cm x 5.0033)= resultado anterior – (35
años x 6.6755)
66.473+1031.37+890.58=1988.42-(233.45)
Metabolismo basal = 1755 calorías
El siguiente paso que tenemos que dar es acudir a la tabla
de gasto calórico por actividad. Y comprobamos que con el peso de 75kg y una
actividad mediana, al ser mecánico, obtiene un gasto de 135 calorías por hora de
actividad ( en la tabla figura remarcado en amarillo). Por lo tanto:
Gasto: 135 calorías x
8 horas de trabajo = 1080 calorías
Nuestro mecánico al llegar a casa dedica su tiempo al
ordenador, ver la televisión y poco más. Por lo tanto, durante esas horas
dedica una actividad ligera. Con esa actividad ligera. Con esa actividad y sus
75 kilos de peso le corresponde un gasto
calórico de 105 calorías (en la tabla viene remarcado). Si multiplicamos esas
105 calorías por las 6 horas que está en casa, obtendremos el siguiente
resultado:
Gasto: 105 calorías x
6 horas en casa = 630 calorías
Sumando todo, ya tenemos el gasto calórico que tiene el
mecánico:
Metabolismo basal 1755 cal + Gasto en el trabajo 1080 cal +
Gasto en casa 630 cal = 3465 calorías
CONSUMO CALÓRICO POR
ACTIVIDAD DEPORTIVA
Para estimar el gasto
calórico de una sesión de bicicleta ya intervienen muchos factore. Incluso dos
ciclistas del mismo peso y rodando a una misma velocidad pueden tener un gasto
calórico totalmente distinto. La causa es la intensidad que debe desarrollar
cada uno de ellos para mantener esa misma velocidad.
Y en esto tiene mucho que decir el grado de entrenamiento de
cada ciclista, lo que hará que la potencia que desarrollen pueda ser distinta y
el porcentaje de pulsaciones que lleve cada uno también sea distinto. También
intervendrá el número de pedaladas que das por minuto, ya que a mayor cadencia
el gasto será mayor debido a que se desarrolla más potencia. La temperatura
exterior tabién influirá en el gasto calórico, ya que con temperaturas frías el
organismo consume más calorías. Y aún podríamos enumerar más factores.
Si en alguna ocasión intentas documentarte sobre las
calorías que se pueden consumir a la hora de dar pedales, te aviso que puedes
acabar de los nervios debido a la disparidad de los datos y en muchas
ocasiones, si me permites el atrevimiento, por lo subjetivo de las referencias
que utilizan.
Conceden unos gastos calóricos en función de ciertas
velocidades: si vas a 16km/h, 20
km/h, y así
sucesivamente. Pero…¿cómo?, ¿subiendo el Tourmalet?¿por el carril bici,
esquivando obstáculos?¿A principio de temporada?¿Cuando estás en forma?
François Peronnet, reconocido doctor en fisiología del
deporte, en una de sus numerosas publicaciones hace referencia al gasto
calórico de un ciclista de 70kg de la siguiente forma:
- 42 km en 90 minutos son 1000 calorías
- 2. 100km en 3h son 2000 calorías
- 200km en 5h son 4500 calorías
Si traducimos estos datos a medias de velocidad, un ciclista
a:
- 28km/h consume 5.55 calorías minuto
- 33.33km/h consume 11.11 calorías minuto
- 40km/h consume 15 calorías minuto
Según estos datos, creo que estás en disposición de sacar
tus propias conclusiones y ver si puedes sacar algo más en claro o te has
quedado como estabas. Menos mal que disponemos de unas herramientas que van a
resultar bastante útiles para calcular el gasto calórico: el pulsímetro y el
medidor de potencia
En el caso del pulsímetro, el consumo de calorías registrado
será una estimación aproximada en función de la intensidad que hayas llevado.
Como en el pulsómetro habrás registrado tus valores personales, los datos que
te ofrezca serán una estimación personalizada y que podrán servirte de gran
ayuda para añadir el resto de calorías consumidas (Metabolismo basal y
actividad diaria).
En el caso de que dispongas de un medidor de potencia (no
estimador), el dato sobre el gasto calórico será exacto y no una estimación.
Anotar los datos de un entrenamiento en una agenda es algo
muy útil en muchos aspectos. Pueden ser de gran utilidad para futuras
temporadas y por las sensaciones percibidas a lo largo de los entrenamientos;
algo muy útil para conocer cuál es nuestra relación peso/potencia más
aproximada, por ejemplo. Además entre todos los datos registrados puedes anotar
los gastos calóricos en función de los tiempos, pulsaciones o potencia.
Y si no dispones de ningún medio, un gasto aproximado de
calorías podría ser:
- Intensidad baja de 300 a 500 calorías
- Intensidad media de 500 a 700 calorías
- Intensidad alta de 700 a 900 calorías
A nuestro mecánico le tocan hacer 2 horas para “soltar
piernas”.
Suponiuendo que en esas dos horas, su gasto calórico haya
sido de 400 calorías por hora, el gasto deportivo en conjunto habría sido de:
400 calorías x 2 horas = 800 calorías
Hemos llegado al momento de hacer un recuento de lo que ha
gastado en un días, sumando todos los factores:
Metabolismo basal: 1755calorías
Gasto resto de actividades
diarias: 1080 + 630= 1710
calorías
Gasto actividad deportiva*: 800 calorías
GASTO TOTAL = 4265 calorías
*Habrá que tener en cuenta
que el número total de calorías dependerá del tipo de entrenamiento efectuado,
por lo que el gasto irá variando.
ACCIÓN DINÁMICO ESPECÍFICA
Una vez que conocemos el gasto totalm tenemos que deducir
del total de calorías un 10% por la acción dinámico-específica de los
alimentos. La acción dinámica específica de los alimentos es el gasto
metabólico que conllevan los distintos procesos de digestión. Por lo tanto:
GASTO TOTAL = 4265 cal. – 426 cal. (10%)= 3839 calorías
ANIMAL CUTS (42 PACKS) UNIVERSAL
ANIMAL CUTS QUEMAGRASAS
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